Mexican e-mommie en Nueva York

jueves, 9 de octubre de 2008

Un nuevo comienzo

Y 3 meses después... Heme hache, toda una señora hecha y derecha, esposa y madre de dos hijos!

Mi hijito, al que de ahora en adelante llamaremos "el usurpador" oficialmente, llego a este mundo el 15 de Agosto a las 8:32 PM después de un parto natural y casi 18 horas de labor de parto. Nació perfecto, y aunque no lloro de inmediato, sus ojitos se abrieron grandes, para observar por primera vez el mundo en el cual habitaría, después de dejar mi vientre.

La jornada comenzó a las 12 de la noche del día anterior, cuando comencé con contracciones, pensando originalmente que tal vez las enchiladas suizas que me había comido esa misma noche, me habían caído mal. Para la una de la mañana ya no podía conciliar el sueno, por lo cual decidí irme a la sala y tomar nota de cada que tan seguido me estaban dando los "retortijones", para asegurarme de que no fuera a tomarme por sorpresa la llegada del bebe. Para las 3 de la mañana, las contracciones eran cada 10 minutos y a las 6 de la mañana, después de haber pasado toda la noche despierta anotando en mi libretita, empezaron a dolerme bastante y a ser cada 5 minutos.. Supe en ese momento que era tiempo de ir al hospital.

Desperté a mi amado, levantamos al patrón que no sabia ni que estaba pasando, y nos subimos en un taxi, que por cierto tuvimos que pagar con tarjeta de crédito, porque nos agarro desprevenidos y no teníamos efectivo, y fuimos a dejarlo en casa de una gran amiga mía, que ya había acordado conmigo recibir al pequeño patrón mientras llegaba su hermano.
Al despedirme de mi patroncito algo dentro de mi se rompió para siempre. Creo que fue un pedazo de mi corazón que sabia que la próxima vez que lo viera le habría cambiado la vida para siempre. Lo mire detenidamente por ultima vez, y trate de guardar esa imagen en mi cabeza porque sabia que cuando lo volviera a ver, el habría crecido ante mis ojos en un instante. Ahora seria el hermano mayor... "mayor"? pero si es apenas un bebe, me dije a mi misma, pero no lo seria mas al llegar el usurpador esa misma noche.

Llegamos al hospital y yo tenia únicamente de 1-2 cm de dilatación, por lo que al medico residente se le ocurrió la brillante idea de mandarme a caminar a lo alrededores del hospital. Como se nota que era hombre y que nunca sabría lo que era una contracción.
De verdad no se como Dios me dio fuerza, pero camine casi una hora y media (aunque me habían sugerido que caminara dos) pero al final, le suplique a mi amado que me veía con una cara de compasión al verme quejarme de los dolores de parto, que regresáramos al hospital.
Al regresar la dilatación había aumentado. ahora estaba de 2-3 cm pero mis contracciones ya se estaban volviendo inaguantables y con todo el dolor de mi corazón (y de mi útero) hice lo que había prometido a mi misma que no haría, gritar del dolor. Finalmente, se apiadaron de mi y mi medico dio la orden de que me admitieran y me trasladaran a la sala de labor de parto en donde mi nueva "mejor amiga", la anestesióloga, llego a finalmente darle fin temporalmente a mi ya insoportable dolor.

Para el medio día ya tenia casi 5 cm de dilatación y ya no me dolía nada! A partir de ese momento y hasta la hora del nacimiento, mi esposo y yo hicimos algo que no habíamos podido hacer desde que el patrón nació... platicar por horas del mundo, de la política, de la problemática económica, de las olimpiadas, y todo sin interrupción del patroncito que estaba muy entretenido jugando con el hijo de mi amiga sin saber lo que estaba pasando simultáneamente.

A las 8 de la noche llego el momento de pujar. El doctor parecía porrista de High school gringo, motivándome en todo momento y diciéndome que estaba haciéndolo de maravilla, aunque para ser honesta, el epidural fue tan efectivo que no sentía ABSOLUTAMENTE nada. 32 minutos después, mientras mi esposo observaba y filmaba, vi. como sus ojos se abrieron como nunca los había visto, en una combinación de asombro, terror y confusión. "El bebe esta coronando" dijo el medico, "tiene mucho pelo", repitió. "Es esa la cabeza?" dijo mi marido incrédulamente y en ese momento, el doctor me dijo que pujara lo más que pudiera, y de repente... que ya no pujara. Sentí una sensación de vacío de lo mas extraño en mi vientre, y en ese instante lo vi. Era mi hijo, que yo había pujado fuera de mi. Lo había logrado. En ese momento me sentí completamente satisfecha y orgullosa de mi misma.

Después de algunos intentos de hacerlo llorar, la enfermera logro que el usurpador emitiera su primer llanto y pude sostenerlo por primera vez. En verdad, fue amor a primera vista, y volví a sentir esa sensación de incredulidad que ya había experimentado con el patrón hace dos anos, de no poder creer que el bebe que sostenía era el mismo que cargue en mi vientre por tantos meses. El había llegado, a cambiar mi vida, la de mi amado y sin haberle pedido permiso, la de el patrón...

Un nuevo comienzo, una nueva vida, una alma nueva. Una nueva aventura...

Continuara...

 
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